Combinado el conocimiento y la ciencia indígenas para la administración responsable de la tierra.

Investigador principal: Arthur Dawson, Baseline Consulting

El fuego puede considerarse miembro de la comunidad, como lo declara Sara Moncada, la Directora ejecutiva de Heron Shadow, una organización que se centra en la conservación de la herencia biocultural indígena, Sara afirma: “Los incendios catastróficos recientes ponen a la luz las consecuencias de ignorar a un miembro de la comunidad o de pensar que podemos ignorarlo completamente. Necesitamos comprender las acciones que hemos tomado hasta este momento.” Con ese propósito, esta fundación para la administración responsable, con fondos de CAL FIRE Forest Health Research Program, Pepperwood, más el trabajo con Baseline Consulting, Tukman Geospatial, and UC Davis, han patrocinado un estudio de tres años para fortalecer la comprensión de nuestra tierra y su relación con el fuego.

Map showing study areas within Lake, Napa, and Sonoma Counties for a 2023 publication on fire trends and cycles in the aforementioned fire-prone areas.

El  área de estudio del proyecto incluye cinco áreas marcadas en el mapa.

En los últimos diez años, algunos de los incendios más destructivos y mortales en la historia de California ocurrieron en los condados de Lake, Napa y Sonoma. Docenas de personas murieron en los fuegos, cientos de miles fueron evacuados y casi diez mil viviendas y estructuras fueron destruidas. Para mejorar la resiliencia y la preparación para incendios en nuestra región, necesitamos comprender los patrones que nos han traído hasta este momento. Para este propósito, la meta del proyecto fue describir mejor los patrones de incendios y de vegetación a largo plazo, con el fin de informar cuáles son las estrategias para la reducción de riesgos y para aumentar la resiliencia del bosque, así como para aumentar la conciencia pública.

Para combatir la situación que estamos enfrentando, los bomberos, los administradores de la tierra y el público están viendo que nuestras prácticas ya no les sirven bien. Reconocen que hay cambios fundamentales que se necesitan hacer. Muchos de nosotros somos nuevos en esta tierra, con raíces de unas cuantas generaciones, a lo sumo. Para prosperar y sobrevivir en el futuro requerimos una comprensión más a fondo de este lugar.  

Una parte de nuestra comprensión va a aumentar a través de investigación científica relacionada con vegetación, fuego, clima y otras disciplinas. Tal conocimiento es valioso y útil, pero puede perpetuar la ilusión de que con suficiente datos podemos controlar el fuego y que los incendios forestales son un adversario contra el que debemos pelear. Pero para que podamos reimaginar efectivamente nuestro papel como seres humanos en este paisaje y  cambiar nuestra relación  con los incendios y la vegetación requerimos una visión del futuro más amplia. Como parte de tal visión, este estudio tomó un enfoque interdisciplinario. Incorporamos una colección de fuentes históricas y científicas y dimos igual valor a la perspectiva y la sabiduría tradicional de nuestras comunidades indígenas. Varias personas con experiencia de primera mano con incendios intencionales y con conocimiento transmitido durante generaciones compartieron su conocimiento con nosotros. Estamos extremadamente agradecidos por este regalo.

La sabiduría indígena (también llamada Conocimiento Ecológico Tradicional o TEK, por sus siglas en inglés) es un hilo delgado entre el presente hasta el comienzo de la humanidad en nuestra región. Clint McKay (Arroyo Seco Pomo, Wappo, Wintun), el presidente del consejo asesor indigena de Pepperwood, compartió que no puede identificar sus recuerdos más tempranos de incendios culturales – es parte de una tradición cultural que existe desde antes que él naciera. Los recuerdos personales no son tan importantes como los recuerdos combinados y las experiencias que han tenido los que vinieron antes. 

Como fundamento es la administración responsable de la tierra, este tipo de conocimiento es una forma de riqueza generacional. Otra persona con sabiduría indígena, a quien contactamos durante este estudio, es Redbird (Pomo, Paiute, Wintu y Wailaki), Coordinador de administración de la tierra en la organización Heron Shadow, un “oasis biocultural” en Graton, la organización que es propiedad de la Cultural Conservancy y es administrada por la misma. Mientras veía mapas de vegetación creados para este proyecto, él observó que los mapas muestran “lo que sucede cuando la tierra no está siendo bien atendida”. Considerando el tiempo que su comunidad y las otras comunidades han cuidado este lugar, esa idea es una base apropiada para reflexionar sobre los 150 años de la historia de la vegetación y los incendios recolectados aquí.

El fuego puede considerarse miembro de la comunidad, como lo declara Sara Moncada, directora ejecutiva de Heron Shadow: “Los incendios catastróficos recientes ponen a la luz las consecuencias de ignorar a un miembro de la comunidad o de pensar que podemos ignorar los incendios completamente.” Mucho de este reporte está enfocado en lo que ha pasado en más de 150 años desde que el cuidado de los indígenas ha sido excluido de esta tierra. 

Los datos históricos, que incluyen mapas de incendios y vegetación, fueron recolectados y creados en las áreas que CAL FIRE considera de “alto riesgo”. Dichos datos son un conjunto de “experimentos naturales” que en un periodo largo evalúan la influencia de muchos factores en la historia de incendios locales, incluyendo cambios en la vegetación en un periodo de tiempo largo. No hay modelos climáticos hechos por este estudio, aunque, para la modelación de incendios, el estudio analizó varios parámetros de paisaje y ecología, tales como inclinación del terreno y tipo de vegetación.

Dentro de las cuatro áreas de los condados de Lake, Napa y Sonoma, la supresión moderna de incendios comenzó en las décadas de 1930 y 1940. Cerca de la mitad de los documentos en este reporte ocurrieron antes y la otra mitad ocurrieron después de la supresión dando una imagen de las condiciones de antes y después. Los datos más antiguos que tenemos y que son mapeables, fueron colectados de topógrafos que trabajaban para la Oficina General de la Tierra en las décadas de 1860 y 1870. Estos estudios del siglo XIX son difíciles de interpretar. Sin embargo, ofrecen una imagen muy detallada de la tierra y la vegetación que existía solo unos años después que el cuidado de los indígenas disminuyera.  

Los regímenes del incendio en California son muy variables. Para ser efectivos, la vegetación y la administración de la tierra deben ser consideradas en dicha variabilidad. (Stephens et al. 2014). En contraste con el sur de California (Syphard et al. 2019), este estudio demuestra cómo la recuperación posterior al incendio en los condados del norte puede ser más rápida y dinámica. En muchas de las áreas con alto riesgo de incendio que fueron incluidas en este estudio, las tierras con matorrales (mapeados al 100%) se convirtieron en bosques (65% o más) en solo tres décadas. Una década o dos después, cuando viene el próximo incendio, los matorrales regresan y el ciclo comienza otra vez. La recuperación del  bosque después de la cosecha de madera ocurre casi tan rápidamente: con tierra “estéril”, después de casi cuatro décadas, el terreno regresa a un 59% de bosque. Dentro de estos paisajes hay lugares donde no se ha registrado ningún incendio ni alteración en los últimos 150 años. 

El estudio del este de Napa ilustra variabilidad en el paisaje muy bien, en contraste con patrones de vegetación de otras áreas de estudios.  Esta área es la más propensa al fuego de las del estudio, pero no sigue los patrones mencionados antes: la vegetación cambia tan lentamente después de un incendio que a veces no es detectable. No se sabe todavía si ello se debe a una diferencia en la tierra, precipitación u otros factores.

Es un reto mapear y describir los cambios en los patrones de vegetación e incendios de los últimos 150 años. Se requiere destilar los datos de vegetación hasta su “mínimo común denominador”. Lo que a esta técnica le falta en precisión se compensa con una escala de largo tiempo y diferentes paisajes. Esta perspectiva hace visible los esquemas de cómo cambia la vegetación durante un siglo y medio y nos ayuda a poner en contexto las condiciones actuales. Algunos detalles de las descripciones del siglo XIX son difíciles de interpretar. Otras, como: “principalmente chaparral,” proveen un contraste fuerte en lugares que ahora están cubiertos por bosques.

Los paisajes reflejan las prácticas y las preferencias de las personas que viven en ellos, de acuerdo a la cantidad de cuidado y la atención que la tierra ha recibido o no ha recibido. El único factor que puede explicar la prevalencia del chaparral en las encuestas del siglo XIX es la aplicación de la quema cultural tradicional. La quema cultural, una forma de “atención apropiada”, era llevada a cabo en muchos tipos de hábitats. La incidencia del chaparral en las encuestas es la marca más visible en el registro histórico.

Se sabe que las acciones de los humanos pueden dañar el mundo natural. Pero las cosas se desequilibran también cuando no hay compromiso ni administración. Los incendios catastróficos recientes indican que la falta de involucramiento humano amenaza los sistemas naturales y nos pone en peligro. Es imposible decir cómo se verían nuestros paisajes sin una atención adecuada dentro de 150 años. Considerando el último siglo y medio, este reporte ofrece una fundación para el pensamiento de largo plazo, a través de los siguientes temas de consulta:

  1.  ¿Cómo han cambiado las relaciones entre la vegetación, los incendios y la gente a través del tiempo?
  2. ¿Cuál es la relación entre la frecuencia de incendios, las tendencias y los ciclos de la vegetación, las variables del paisaje y la regeneración después de un incendio?
  3. ¿Los patrones de vegetación u otros factores del paisaje sugieren un punto de inflexión para incendios grandes o catastróficos? ¿Cómo se comparan estos puntos de inflexión con otros, como la temperatura, la humedad y la velocidad del viento?
  4. ¿Cuál es el punto más efectivo en el ciclo de incendios/revegetación para reducir los combustibles, la amenazas de incendios en la comunidad, los servicios de los ecosistemas y la maximización de la captura de carbono?
  5. ¿Cómo podemos utilizar el fuego como herramienta para mejorar la salud ecológica de la tierra?

Obtenga más información sobre este proyecto a través del seminario web

https://www.youtube.com/watch?v=FQ4Lr2thEvM

Agradecimientos

Para completar este proyecto, fueron fundamentales la asistencia y el apoyo de muchas personas. Estamos especialmente agradecidos con: Amber Manfree; Ben Nichols, CAL FIRE; Carolyn Ruttan, Clear Lake Environmental Center; Chris Carlson, Sonoma Land Trust; Christopher Kam; David Ackerly, UC Berkeley; David Conklin, Bureau of Land Management; Jill Dawson; Kim Batchelder, Sonoma County Agricultural and Open Space District (Ag & Open Space); empleados de Lakeport Library; Michelle Halbur, Pepperwood; Monica Delmartini, Ag & Open Space; Morgan Gray, Pepperwood; Penny Sirota; Ryan Ferrell, Pepperwood; Michael Gillogly, Pepperwood; y los miembros de Sonoma County Forest Conservation Working Group. 

Este estudio se basa en investigación que fue conducida en la región durante las dos últimas décadas, fundada por muchas agencias y organizaciones sin fines de lucro, incluyendo  Audubon Canyon Ranch, Pepperwood, Sonoma County Agricultural and Open Space District, Sonoma Land Trust, Golden Gate National Parks Conservancy, Sonoma Land Trust y Sonoma Ecology Center. 

Financiación del proyecto

Este proyecto fue fundado por CAL FIRE Forest Health Research Program, Grant 8GG19813. El Forest Health Research Program es parte de California Climate Investments, una iniciativa estatal que pone miles de millones de dólares en Cap-and-Trade  (derechos de emisiones de carbono) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, fortalecer la economía y mejorar la salud pública y el medio ambiente, particularmente en las comunidades desfavorecidas.

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